observación de aves o  ornitología  es una actividad turística que viene creciendo en Ilhabela. Como es un archipiélago, su fauna y flora tienen características específicas en relación a su composición y distribución geográfica: en Ilhabela es posible ver fácilmente varias especies de bosque y también aves marinas y migratorias, totalizando más de 300 especies.

Reconocido como Núcleo de la Reserva de Biosfera del Bosque Atlántico por la UNESCO y considerado por la  avifauna  internacionalcomo  Sitio importante para las aves  para la Conservación Prioritaria, el Parque Estatal Ilhabela tiene senderos ideales para la observación de aves. No es necesario ir a lugares lejanos o dar largas caminatas para observar la avifauna de la isla.

La cercanía del Parque al municipio hace que estos animales frecuentan la zona urbana, y en senderos de fácil acceso es posible observar especies como la jacutinga (Aburria jacutinga) en peligro de extinción, el macuco (Tinamus solitarius), palos y cientos de otras hermosas y coloridas aves tropicales.

En las playas e islotes del archipiélago se pueden observar aves marinas, desde las más comunes en la costa, como las fragatas (Fregatta magnificens) y los piqueros (Sula leucogaster), hasta especies que provienen del hemisferio norte como el charrán rojo. el andarríos (Sterna hirundinacea) y el andarríos manchado (Actitis macularius)

Monitores Ambientales  (acreditados por el Parque Estadual y el Ayuntamiento de Ilhabela) son practicantes y cada vez más especializados en guiar a los observadores de aves.

Con el 92% del territorio cubierto por Mata Atlántica, la isla es un paraíso para quienes disfrutan de la observación de aves: hay 300 especies de aves marinas y migratorias. El Centro Ecoturístico Ilhabela  indica guías, que arman los itinerarios según los tipos de aves que se espera encontrar. Uno de los senderos es el sendero de la Cascada de Água Branca